El patrón oro del dólar fue un sistema que respaldaba la emisión de dinero y que funcionó en los Estados Unidos hasta 1971. Su final produjo un gran impacto, no sólo en Estados Unidos, sino a nivel mundial ya que el dólar fue la moneda internacional desde fines de la segunda guerra mundial. Actualmente su regreso es apoyado por el Partido Republicano y es una propuesta común al Congreso. Por esa razón, es un debate actual entre los expertos de economía. En Chile el valor del dólar frente al peso chileno es profundamente relevante ya que el país depende en gran medida de las exportaciones de cobre y otros productos para que funcione su economía, por lo que el verdadero valor de la divisa compromete su funcionamiento financiero.
¿En qué consistía el patrón oro?

El patrón oro básicamente era un sistema de tipo monetario que respaldaba con oro el dinero que emitían ciertos gobiernos. Por lo tanto, el valor que tenían las monedas de esos países era
completamente convertible en oro. De hecho, distintos bancos centrales estaban obligados a hacer esa conversión cuando algún ciudadano lo pidiera.
Tal como si fuera posible canjear un billete o una moneda por una determinada cantidad de oro. Eso implicaba que todo el dinero que circulaba dependía siempre de cuánta cantidad específica de oro tenía el gobierno. Mientras seguía en vigencia el patrón oro del dólar, ningún estado podía imprimir más dinero del que tenía en las reservas del oro.
Origen
El patrón oro se originó durante los acuerdos establecidos en Bretton Woods en el año 1944. El objetivo era garantizar alguna disciplina monetaria posterior a la Segunda Guerra Mundial. Este tipo fijo de cambio, entre dólar y oro, le daba un valor de 35 dólares a cada onza de oro.
Ventajas
El oro siempre ha sido, y sigue siendo, más que un simple metal precioso. Sus características le han permitido ser, a lo largo de la historia, un bien divisible, duradero, homogéneo y
complicado de falsificar. Por eso, ha conservado un estable valor y consiste en un medio excelente de intercambio.
Debido a ello, fue considerado un bien tangible apropiado para respaldar el sistema monetario, de acuerdo con su valor. Esta medida aseguró cierto grado de disciplina monetaria y contuvo la inflación. Porque no era posible hacer políticas monetarias de tipo expansivas debido al límite cuantitativo existente: las reservas con oro del Banco Central.
Dicho sistema demostró ser estable en los años 50, porque en el mercado internacional había equilibrio entre las ofertas y las demandas de dólares.
¿Por qué fue abandonado?

Son varias las razones por las cuales el presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, decidió acabar con el patrón oro del dólar. Los expertos consideran que esa decisión, tomada en 1971, fue impulsada por la guerra en Vietnam.
Las reservas con oro estadounidense estaban siendo vaciadas por esa guerra y la conversión masiva de dólares a oro. Aparte, se creó un mercado de oro privado, la economía del país presentaba déficit comercial y aparecieron los mercados de euro-dólar. Todo eso contribuyó a la decisión tomada por Nixon, que llevó al final de ese sistema monetario fijo.
El impacto del cambio
Las medidas tomadas por el presidente norteamericano significaban que los dólares no estarían respaldados por oro, sino que serían dinero “fiat”. Eso quiere decir que los dólares pasarían a ser espaldados solo por cierta autoridad, la emisora. Dicho cambio produjo un gran impacto y formó las bases de un sistema monetario nuevo a nivel internacional.
Al no ligarse el dólar al oro, todas las divisas llegaron a fluctuar en el mercado con libertad. Esto lo hacían bajo la simple vigilancia de bancos centrales que aún actúan como una autoridad. También se comenzaron políticas expansivas monetarias que incluso se mantienen en la actualidad. Ahora bien, ¿representó este cambio una ventaja o una desventaja a largo plazo?
Precios
Posterior al “Nixon Shock”, como también se le conoce a ese cambio, aumentó el balance que tenía la Reserva Federal. Eso trajo consecuencias sobre diversas variables macroeconómicas, principalmente en la inflación. Una vez abandonado el patrón oro del dólar, los precios aumentaron sin precedentes económicos norteamericanos.
Durante el tiempo que duró el patrón oro, la inflación acumulada fue de 123%. Pero, durante los 25 años posteriores a su fin, entre 1972 y 1998, casi llegó a 300%. Fue en 2008 que la inflación fue moderada y, durante los últimos años, no supera el 3% en el país.
Valor del dólar
El dólar se devaluó un 10% instantáneamente después del anuncio dado por Richard Nixon. En estos años, el dólar sigue perdiendo su valor en comparación con el oro, pues la diferencia se ha incrementado significativamente. Mientras estaba en vigor el patrón oro, 35 dólares podían convertirse en 1 onza de oro. Pero actualmente para sólo 1 onza hacen falta 1800 dólares.
Eso demuestra que, desde el final de ese sistema monetario respaldado por oro, el dólar ha perdido más del 98% de valor. Claro, ese porcentaje se saca en términos del oro.
¿Qué habría pasado si siguiera vigente?
Algunos expertos opinan que, de haberse mantenido el patrón oro del dólar, la presión en los precios jamás hubiese sido igual de grande. Eso se debe a que la oferta de tipo monetaria se limitaría a la reserva de oro. Como resultado de ello, prevén que en Estados Unidos se pudieran haber mantenido niveles un 50% más bajos de inflación en estos 50 años pasados. Estos también aseguran que el desplome de cotización de los dólares no hubiera sido tan grande en comparación con el oro. Sin embargo, otros economistas afirman que la conservación de dicho sistema sería una desventaja. Porque no permitía crear dinero con el fin de introducir estímulos que promuevan una mayor economía.
¿Volverá a usarse?
Algunos abogan por el regreso del patrón oro, hasta Donald Trump se mostró partidario de los dólares respaldados por oro. Pero otros economistas consideran que dicho sistema ya no es viable actualmente, porque la economía dependería de un activo escaso y finito.
Estos argumentan que las reservas gubernamentales no cuentan con suficiente oro para dar un respaldo al nivel elevado de deuda de los países, como Estados Unidos. Pero quienes están a favor de ese sistema defienden que no se necesita tanto oro.
Afirman que bastaría con disponer de la cantidad suficiente para garantizar un 10% de dólares que están en circulación. Por eso, el debate sigue abierto.